Hace unas semanas, oyendo la radio, me enteré de que en los pueblos de la zona Nervión-Ibaizabal se iba a poner en marcha una iniciativa impulsada por Udaltalde 21 llamada “Proyecto de camino escolar”. Después, en “El Correo”, leí con mucha atención otra noticia que hacía referencia a la puesta en marcha de la ideaen Etxebarri.Resumiendo mucho, tanto en la radio como en el periódico venían a decir que se trata de lograr que los críos y las crías de esos pueblos (entre los que se encuentra Arrankudiaga) acudan a la escuela en grupo y andando.
Como hoy día todo parece estar motivado por la crisis (¡y no me extraña!), me pareció fenomenal escuchar y leer que en este caso el factor determinante para plantear el camino escolar no hayan sido, por ejemplo, los costes que genera el transporte escolar. Digo esto, como madre que tiene una hija en la escuela, porque desde mi punto de vista en nuestro pueblo existen dos tipos de transporte. El transporte escolar que traslada a niños y niñas que por distancia les corresponde y el “transporte municipal”que implica un vehículo y un trabajador del ayuntamiento para trasladar a algunos niños y algunas niñas desde la escuela hasta su casa, y al revés. He oído en la plaza que “quitar” el transporte municipal sería perder algo que ya se tiene, vamos, que sería un paso atrás.Pero también he oído que lo que no es normal es utilizar “a la carta” algo que pagamos entre todas y todos, y encima es “irregular”. No es normal que niños y niñas que van a casa en furgoneta desde la escuela bajen casi seguido andando a Iberlanda o a la plaza con el bocata, o que, según sea invierno o verano, llueva o haga calor,se utilice o no la furgoneta…Creo que la gran pregunta relacionada con el transporte municipal sería preguntarnos si es realmente algo que beneficia a las crías y a los críos o a las madres y a los padres.
A mí al menos me parece que es una muy buena idea la que se plantea con lo del camino escolar. Pero, al igual que ocurre con la mayoría de las cosas, también en este caso habrá que hablar sobre cómo y cuándo, y creo que para ello algo fundamental será la implicación de madres y padres, escuela, alumnado y ayuntamiento. Si en pueblos con tanto tráfico, semáforos, cruces,etc, como Etxebarri o Basauri son capaces de ponerse en marcha seguro que en Arrankudiaga el esfuerzo para salvar las dificultades será mucho más pequeño. Aunque, como casi siempre, todo es cuestión de voluntad.
Quiero acabar diciendo que ya es hora de plantearnos en serio recuperar los pueblos para quienes vivimos en ellos, frente a la cada vez mayor invasión de vehículos y la consiguiente contaminación y gasto de recursos energéticos. Creo que, como yo, la gran mayoría de las madres que tenemos hijos hemos ido siempre andando a la escuela y creo que, además de haber sido una forma de hacer ejercicio, era a su vez una ocasión más que aprovechábamos para relacionarnos.Además, ir a la escuela andando es más saludable, más económico, más ecológico y aumenta el grado de autonomía y responsabilidad de nuestras hijas y de nuestros hijos, y se evitarían, en gran parte, los problemas que los coches generan en la puerta de la escuela.
Por cierto, aunque sea una respuesta a la que se recurre a menudo, el transporte municipal no existe en Arrankudiaga “desde siempre ni desde hace muchísimos años” como he oído. Como tampoco es una “marcianada” plantear que se acuda a la escuela andando.Una madre
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