También es cada vez es más evidente que el propósito de terminar con la Izquierda Abertzale realmente perseguía el doble objetivo de dar por finiquitado el proyecto político de la misma y, por ende, el conflicto vasco. Y es que hace falta ser muy necio para tratar de convencernos de que, por ejemplo, los asesinatos cometidos por el GAL o las diferentes policías han sido el desgraciado resultado de los “excesos” de algunos “funcionarios que iban por libre” y no la consecuencia de un conflicto político. Pretender que hagamos la traducción de que lo sucedido y de lo que sucede en este país ha sido y es el resultado del enfrentamiento entre “delincuentes” es sinónimo de creer que somos como mínimo una cuadrilla de indocumentados.

Y están cada día más nerviosos porque todos, TODOS, saben que solo la presencia de la Izquierda Abertzale en las urnas lograría que nada fuera igual. Resulta así mucho más fácil entender los pocos enredos de Urkullu a la hora de pactar con el PSOE en Madrid más competencias a la vez que, como reconocía Zapatero, “hablar de los nuevos escenarios que se pueden dar en Euskadi”. De nuevo (¡y van!) el PNV muestra el discurso más duro y beligerante contra la Izquierda Abertzale a la vez que recibe parabienes y felicitaciones en Madrid al grito del que se besen. Penoso pero clarificador.
Y mientras todo esto se produce, mientras se va desliando la madeja, la Izquierda Abertzale continúa con su apuesta. Una apuesta que no obvia las elecciones, pero que es de mucho más calado y con una proyección que no se supedita a resultados electorales o coyunturas políticas. Superar el conflicto y sus dolorosas consecuencias es, en definitiva, la motivación primera de dicha apuesta. Y al igual que siempre hemos hecho, vamos a estar presentes y dar los pasos que creamos necesarios para lograrlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario