martes, 30 de noviembre de 2010

Desliando la madeja

Aunque a veces nos parezca lo contrario, el panorama político en nuestro país se va despejando. Si hace escasamente un año la mayor parte de los partidos políticos y medios de comunicación ponían fecha de caducidad a la Izquierda Abertzale, hoy es de nuevo esa Izquierda Abertzale la que se encuentra en el epicentro político. Las diferentes iniciativas que ha venido desarrollando de manera unilateral o con diferentes agentes políticos, sociales y sindicales, están encontrando una aceptación cada vez más amplia en la sociedad vasca. Incluso el hecho mismo de que cada vez que la izquierda abertzale da un paso en positivo este se vea correspondido con un golpe represivo o con una nueva y mayor exigencia, deja en evidencia los objetivos de aquellos que en nombre de la paz o de las víctimas tratan en vano de ocultar su verdadera intención. Y esta no es otra que la de continuar manipulando las consultas electorales para así lograr un mapa político y unas mayorías ficticias que les permitan, “desde la normalidad”, seguir españolizando nuestro país.

También es cada vez es más evidente que el propósito de terminar con la Izquierda Abertzale realmente perseguía el doble objetivo de dar por finiquitado el proyecto político de la misma y, por ende, el conflicto vasco. Y es que hace falta ser muy necio para tratar de convencernos de que, por ejemplo, los asesinatos cometidos por el GAL o las diferentes policías han sido el desgraciado resultado de los “excesos” de algunos “funcionarios que iban por libre” y no la consecuencia de un conflicto político. Pretender que hagamos la traducción de que lo sucedido y de lo que sucede en este país ha sido y es el resultado del enfrentamiento entre “delincuentes” es sinónimo de creer que somos como mínimo una cuadrilla de indocumentados.

Cada día se ponen más y más nerviosos. Hablan de no utilizar a las víctimas mientras siguen manipulando con descaro y sin disimulo el dolor de unas a la vez que ocultando e incluso negando el de otras. Tratan de presentar el juicio contra Arnaldo Otegi como si lo fuera por los gritos o consignas ilegales lanzados durante un mitin y se convierte en un gran altavoz donde les resulta imposible ocultar la naturaleza política del mismo. Cierran acuerdos urgentes para evitar que se puedan presentar agrupaciones electorales y al día siguiente todo carece de sentido tras la nueva iniciativa de la Izquierda Abertzale.

Y están cada día más nerviosos porque todos, TODOS, saben que solo la presencia de la Izquierda Abertzale en las urnas lograría que nada fuera igual. Resulta así mucho más fácil entender los pocos enredos de Urkullu a la hora de pactar con el PSOE en Madrid más competencias a la vez que, como reconocía Zapatero, “hablar de los nuevos escenarios que se pueden dar en Euskadi”. De nuevo (¡y van!) el PNV muestra el discurso más duro y beligerante contra la Izquierda Abertzale a la vez que recibe parabienes y felicitaciones en Madrid al grito del que se besen. Penoso pero clarificador.

Y mientras todo esto se produce, mientras se va desliando la madeja, la Izquierda Abertzale continúa con su apuesta. Una apuesta que no obvia las elecciones, pero que es de mucho más calado y con una proyección que no se supedita a resultados electorales o coyunturas políticas. Superar el conflicto y sus dolorosas consecuencias es, en definitiva, la motivación primera de dicha apuesta. Y al igual que siempre hemos hecho, vamos a estar presentes y dar los pasos que creamos necesarios para lograrlo.

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