Denda txiki-haundi bat
Gure herriko errealitatea ezagutzera emateko asmoarekin, interesgarria iruditu zaigu oraingoan Mari Joserekin hitz egitea. Ez dakizuenontzat, Mari Jose Arrankudiagan, plazan, denda zabaltzeko erabakia hartu zuen emakumea da. Normalean Isa ikusten dugu salmahaiaren atzean, Mari Jose Zeberioko dendan egoten delako, hango dendaren jabea ere baita. Interesgarria izan da berarekin hitz egitea eta herri txikietako dendatxoetaz egiten dituen hausnarketak ezagutzea. Bere abalik onena esperientzia eta ilusioa dira. Berak dauka hitza.
Hace unos años Bingen estuvo en la tienda de Zeberio y me comentó que algo similar vendría muy bien en Arrrankudiaga. Yo no olvidé la conversación, ya que pasados unos 3 años de aquello por fin me animé. Lo cierto es que ya tenía pensado poner otra tienda en un pueblo rural, sobre todo tras la buena experiencia de Zeberio en el que hace ya 5 años que comencé.
2.- ¿Contabas con algún tipo de información o conocías la realidad del pueblo antes de decidirte a abrir la tienda? Si, a través de vecinas y vecinos del Club de patinaje de Ugao. Mi hija también patinaba y fueron varias las veces en que la cuestión de la tienda en Arrankudiaga y cómo es el pueblo surgía en nuestras conversaciones.
3.- ¿Sabías ya antes de instalarte que donde se encontraba el Kazetagune hubo en su día otra tienda?
Me enteré cuando empecé con la obra. Como algo anecdótico tengo que decir que la propietaria de la anterior tienda y yo ya nos conocíamos, pero ni ella sabía que yo me había animado a instalar una nueva, ni yo que ella ya la tuvo. La casualidad quiso que un día, estando aun de obras, coincidiéramos y lo comentamos. La que si conocía era la tienda de la carretera. De hecho, al estar esa tienda yo pegunté por el tema de las distancias, etc. No había ningún problema.
4.- Ahora, transcurrido un tiempo prudencial desde su apertura ¿Cómo marchan las cosas en el negocio?
Han pasado 15 meses desde que lo inauguramos un 4 de julio y la verdad es que a la hora de hacer balance tengo que decir que al principio a la gente le ha costado entrar. Lo cierto es que, en general, estoy contenta, pero creo que sería bueno que vecinos y vecinas que no aun no han entrado al establecimiento se animaran a hacerlo y lo conocieran. Y no digo que entren a comprar, sino sólo a conocerlo. Comentar o sugerir lo que les parece… Por cuestión de algún género que no encuentren no hay pega, ya que siempre se puede pedir y traer, como ha ocurrido con la carne y más cosas. Repito que lo fundamental es que nos conozcan a nosotras y a la tienda. Una tienda en un pueblo pequeño es un bien para todos en general. Yo por ejemplo, dejé un trabajo fijo para montar la tienda de Zeberio y mi experiencia ha sido muy positiva a nivel personal y, por lo que me cuentan, también para la gente del pueblo. A diferencia de Zeberio, aquí os ha costado más animaros a entrar.
5.- Pero entre la crisis y con tanto macro-centro y maxi-centro en las cercanías será difícil mantener un negocio en un pequeño pueblo como el nuestro ¿no?
Difícil porque se comparan los céntimos. Por ejemplo, una lata de Coca Cola en la tienda cuesta 55 céntimos y en Bilbondo 54 céntimos. Con la leche ocurre otro tanto de lo mismo y así con cantidad de cosas. Si a esas compras le añades el tiempo que inviertes además de tener necesariamente que coger el coche y sus gastos más la gasolina, creo que no se ahorra prácticamente nada. Menos aún si ponemos en la balanza todo lo primero con lo poco ahorrado. De cualquier manera, los comercios locales no tenemos nada que hacer frente a las multinacionales y macro centros, menos aún si el local no es tuyo. En las ofertas de 2x3 y cosas por el estilo la calidad no cuenta en general pero… Yo pediría que se pensara en el tremendo valor que tiene tener un comercio cerca de casa, la vida que le da al pueblo, las veces que nos saca de apuros, gente con problemas de movilidad… Y si encima ese comercio está en un pueblo rural o pequeño la importancia para el mismo es aun mayor.
6.- ¿Y qué tal de exigente es la clientela de Arrankudiaga?
Con sinceridad os digo que los vecinos y vecinas de Arrankudiaga no sois exigentes. Como he dicho antes, lo que si que creo que os cuesta es entrar, dar el paso.
7.- Al igual que ocurre en la mayoría de los negocios, me imagino que tanto antes de abrir la puerta como después de cerrar tendréis un buen montón de trabajo que realizar…
Pues si. Tal como dices, en general uno se lo imagina, pero en un establecimiento público hay mucho trabajo por hacer que no se ve. En nuestro caso, todos los días tenemos que soltar y limpiar la cortadora para que no se quede ningún tipo de resto, desinfectamos el suelo con un producto especial, recogemos la fruta, ordenamos y rellenamos las estanterías… Y antes de abrir, poner de nuevo la fruta, hacer el pan…
8.- Tener una tienda con txutxerias es sinónimo de niños y niñas revolviendo, preguntando precios, alguna bronca… ¿compensa semejante ajetreo?
Compensa con creces verles y demostrar que se ha contado con ellos. Hay un rincón que es para sus cosas y lo agradecen. Te llena de satisfacción y es muy agradable. Además ¿Qué haces con una tienda sin txutxes en un pueblo pequeño? Sería como haber montado algo para todo el mundo pero sin tener en cuenta a los críos y crías. No tiene sentido, menos aún cuando tienes hijos en casa y has vivido esa experiencia.
9.- ¿La tienda de un pueblo pequeño sigue siendo sinónimo de encuentro y de lugar para entablar cierta charla o también aquí se notan cada vez más las prisas y los stress?
Aquí no se nota tanto, en serio. Por ejemplo, los sábados es más evidente aún que la tienda es un punto de encuentro para gente mayor. Esa gente es la que más lo agradece. Con buen tiempo incluso se animan a sentarse junto a la puerta y charlar un rato. En esto no piensan las grandes superficies, en ellas sólo cuentan los beneficios y la compra rápida. Además, tengo que añadir que las cosas de las que hablan y cuentan son la mar de interesantes.
10.- ¿Qué te gustaría añadir o sugerir para dar por finalizada la entrevista? Reiterar mi invitación a que nos conozcan quienes no lo han hecho. Siempre estamos abiertas a sugerencias de cualquier tipo y con la misma ilusión que el primer día que empezamos. Por
Galdera txikiak
1.- Producto que más se vende y más cuesta vender.
Los refrescos y las legumbres frente a la fruta y las verduras.
2.- ¿Ir a la tienda sigue siendo cosa de mujeres?
No. Los sábados de 9,30 a 12 prácticamente solo acuden hombres, exceptuando las amamas.
3.- ¿Es compatible lo de charlar y comprar?
Si, y hasta necesario. Para cualquier cosa el trato directo, la consulta, el consejo… son fundamentales.
4.- Se dice que las mujeres “rajan” mucho en la tienda.
No menos que los hombres. Leyenda urbana.
5.- ¿Que os comenta a vosotras la gente de más edad?
Historias del pueblo. Sus recuerdos de aquellas tiendas donde encontraban cordones, zapatillas… Una pregunta cotidiana que nos hacen es “¿esto está caducado?”. Agradecen muchísimo que les llevemos gratuitamente cualquier compra a casa. Problemas de movilidad, bultos, peso… cualquier ayuda es buena.
6.- ¿Que comentáis vosotras de la gente más menuda?
Pues que estamos encantadas. Aunque tienen la costumbre de pedir que les “sume” colándose. Pero ya empiezan a acostumbrarse a esperar su turno.
Fruta-dendako Angel elkarrizketatu genuenean bezala, Mari Joseren dendarekin ondorio berera iritsi gara. Merkataritzarik gabeko herria bizi gutxi duen herria da. Eta egunero hainbat konturekin gertatzen zaigun moduan, falta zaizkigunean baino ez diegu ematen dagokien balioa. Mari Josek elkarrizketan dioen bezala, denda bat mantentzeko urrats txiki baina garrantzitsua denda hori ezagutu eta baloratzea da. Zabalik daukagu bere dendako atea!
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