Los inicios del curso de talla en Arrankudiaga parte de algunas personas interesadas en el tema, las cuales se pusieron en contacto con la comisión de cultura de Gizarte Etxea. Desde dicha comisión se pegaron carteles anunciando el curso de talla y a la reunión-presentación acudimos diez personas, aunque por razones de trabajo una lo tuvo que dejar durante el curso y otra no comenzó. En dicha reunión se nos hizo saber que, si estuviéramos dispuestos a hacer el curso, Gizarte Etxea nos cedería un espacio físico para trabajar, pero que su responsabilidad sólo se ceñiría a eso. El resto de cuestiones (valor del curso, horarios,…) tendríamos que concretarlas nosotros con el monitor. Decidimos comenzar el mes de noviembre y acabar en junio, dando 4 horas a la semana.
¿Cómo fueron los primeros pasos?
Pues, sin duda, fueron los peores del curso para todos. Aun siendo cierto que era fundamental comenzar aprendiendo a trazar figuras geométricas, manejar el compás… todos teníamos ganas de empezar a dar golpes sobre la madera. Pero tenemos que reconocer que para tallar multitud de cosas (eguzkiloreak, lauburuak, kutxak…) es básico “tirar” de regla, cartabón, compás… Otra de las dificultades que tuvimos que salvar fue dotarnos de bancos de trabajo, ya que al principio comenzamos tallando sobre mesas normales. Unos trajimos caballetes, otros maderas y otros lo montaban… en definitiva, que todos participamos en la elaboración de nuestro “taller”.
Pero salvados aquellos primeros escollos…
La cosa se animó mucho. Cuando compramos las mazas, gubias y formones fue como empezar de veras el curso de talla. Nos hicimos con trozos de madera y empezamos a bombardear con preguntas o a pedir socorro a Fidel por haber roto una pieza, por haber profundizado demasiado la madera… lo cierto es que tirábamos mucho de cola para reparar chapuzas.
¿Qué valoración hacéis del trabajo y papel de Fidel?
¡Qué vamos a decir estando él aquí! Fuera de bromas, lo cierto es que es muy bueno y hemos estado muy a gusto con él. Ha sido básico para hacernos ver que de cualquier clase y forma de madera se puede obtener una talla y ha conseguido que creyéramos en nuestra capacidad para tallar. Es más, habiendo metido la pata en algunos trabajos, conseguía que con imaginación y perseverancia casi todo tuviera solución. ¡¡Porque lo cierto es que ha habido ocasiones en que no han faltado los comentarios de desánimo!!
Y tú, Fidel, que has impartido tantos cursos ¿para ti que opinión merece este de Arrankudiaga?
Bueno, un curso que carecía de medios y que consigue ponerse en marcha gracias al trabajo de todos ya es bueno. Es más, comparando con alumnos y alumnas de otros pueblos con más y mejores medios, el grupo de Arrankudiaga no tiene nada que envidiar. Luego el trato y la relación han sido fantásticos.

Yo, por una parte creo que porque hay mujeres que no se han enterado de que había curso y, por otra, porque también las hay que creen que para esto de la talla hay que tener fuerza o habilidades especiales. Nada más lejos de la realidad. Es más, si se monta otro curso, yo les animaría a apuntarse porque van a comprobar en la práctica que cualquiera puede tallar.
¿Qué tal el ambiente de trabajo entre vosotros?
Inmejorable. Al curso asistimos a relajarnos, mientras nos divertimos tallando, a la vez que charlamos, hacemos risas o hablamos de temas generales o locales con “polémica”. Podemos decir que ha sido un curso muy serio en cuanto a asistencia. Por cierto, entre temas que surgieron nos planteamos pedir una subvención al ayuntamiento como participantes de un curso. Sabemos que todos los cursos del pueblo (gimnasia, aeróbic, pilates,…) cuentan con dicha subvención y la verdad es que desde que lo pedimos hasta el día de hoy nada sabemos. Creemos que tenemos igual derecho que el resto, porque a pesar de que este curso no lo haya organizado el ayuntamiento, también nosotros somos vecinos del pueblo que hemos montado y trabajado un curso. Y que, a diferencia de otros, hemos decidido incluso mostrar en la calle nuestros trabajos dándole publicidad.
Como acabáis de decir, el día 30 de mayo a modo de cierre exponéis los trabajos que habéis realizado durante el curso. ¿Qué reacción o respuesta esperáis de la gente?
Seguramente de sorpresa en muchos casos ya que es muy probable que mucha gente no espere que seamos capaces de hacer estos trabajos. ¡¡Incluso nosotros mismos nos hemos sorprendido!!
¿Que le diríais a una persona que duda entre apuntarse o no a un nuevo curso?
¡Pues que se apunte¡ Te lo pasas bien, es muy curioso y de verdad que vale la pena ver como puede transformarse un trozo de madera en una figura o forma… O como podemos hacer algo propio y original...
Alguna anécdota o comentario
Pues como anécdota, comentar lo bien que nos venían las sobras de los cumpleaños de los críos y crías que se hacen en Gizarte. Hemos jamado unos cuantos sándwich, pequeños bocatas o restos de tarta al son de los golpes en la madera acompañados con un trago de vino. Eso si, poco vino porque tampoco era cuestión de tener un “accidente laboral” y luego dar que hablar en el pueblo. Y por último, agradecer a Gizarte Etxea su desinteresado esfuerzo por impulsar el curso y cedernos gratuitamente sus locales.
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