Vespa Velutina en Arrankudiaga

De origen asiático, es un avispón invasor, natural de China que llegó al suroeste de Francia en el 2006, al parecer en un barco maderero. En 2010 se detectaron los primeros nidos en Gipuzkoa y este año ha llegado masivamente a Bizkaia. Con cabeza negra y cara anaranjada, con un 4º segmento del abdomen amarillo-naranja y con las patas amarillas al final, es fácil distinguirlo del avispón europeo (Vespa crabro). Mide alrededor de 3 cm y anida en los árboles altos a más de 15 m de altura. Su nido es esférico y, a diferencia del avispón europeo, no tiene acceso por su parte baja.
Esta meteórica progresión en el número de colonias se debe sobre todo a su excelente adaptación al medio y también a que cuenta con muy pocos depredadores. Se alimenta de fruta, apreciando especialmente la uva, y de numerosos insectos, aunque es manifiesta su voracidad hacia las abejas de miel, que son las que más sufre sus ataques.
En Euskal Herria está catalogada como especie exótica invasora y existen ayudas para exterminarla una vez visto el nido. En Arrankudiaga, en lo que va de año, los bomberos han efectuado alrededor de media docena de salidas para exterminar nidos encontrados por los vecinos del pueblo. En Elexalde, Bakiola y Otxanduri han estado los bomberos, pero, al margen de sus salidas, también han sido avistadas en Goitzaga, Garondo, etc.
En ese sentido, los daños que sufren los "pequeños" apicultores del pueblo son más que considerables y aunque han dañado viñedos en otras zonas no tenemos constancia de que eso haya ocurrido en Arrankudiaga. Los apicultores conocen trampas para detectarlas, pero poco pueden hacer hasta detectar su nido. Según National Geographic, 30 de estas avispas pueden desmembrar 30.000 abejas en solo 3 horas. 
A día de hoy, desde el Gobierno Vasco no se ha hecho nada serio al respecto y desde la Diputación se limitan a matar los nidos que pueda ver la ciudadanía, vía bomberos o guardas. En ese sentido, animamos a llamar al 112 en caso de ver algún nido de esta especie. No sabemos cuáles van a ser los mecanismos de defensa que desarrollen nuestras abejas en el futuro ni tampoco lo que vaya a suceder en el caso de acaben con todas ellas, pero está claro que es un problema serio, que si no se le mete mano de verdad acabará siendo un gran problema.